Los wichi constituyen una etnia indígena que habita el actual Chaco salteño y boliviano. En la mitología de este pueblo, aparece la figura de Tokjuaj, una manifestación divina, pero que también sufre las venturas y desventuras, al igual que los seres humanos. Tiene forma de persona, pero puede asumir eventualmente la forma de un animal. Tokjuaj, con su hacer, va construyendo el mundo como lo conocemos; es un burlador, muchas veces burlado, y el origen de todo lo bueno y lo malo.
La leyenda recreada en esta animación narra el conflicto entre Tokjuac y Lluvia que finaliza cuando este último sube al cielo donde se ha quedado desde ese entonces, perseguido por el primero.